Son unas perras y por eso las amamos - They are bitches, and that’s why we love them


Press note

Supreme Bitches encuentra de nuevo a una mujer fatal y la trae a un primer plano de protagonismo en contraposición a la estereotipada y supuestamente liberada mujer actual. Lugar de encuentro para cineastas marginales y fuente de inspiración para guionistas de cómic, este cliché denostado por la puritana y bienintencionada sociedad actual es el protagonista de esta obra que mezcla influencias del diseño tendencia, el cómic, el pop art y el cine.

Es curioso observar como la cultura moderna, aun no ha reconocido de verdad la figura de la mujer liberada y autónoma, en tanto toda figura femenina reconocida lo es por sus contribuciones positivas y nunca por ser una zorra; numerosos personajes masculinos son objeto de culto precisamente por su inclinación hacia el mal, pero desde la Salomé bíblica no ha existido una figura de mujer diabólica y perversa digna de mención, a excepción de las gloriosas excepciones de Russ Meyer, las vamps de los años 20, las Kunoichi o las olvidadas Mata-hari y Betty Page.

Las mujeres poco a poco se han visto en parte desvinculadas de gran parte de atributos machistas como; ser una fábrica de bebes, amas del hogar y fieles amantes de sus maridos, para ser grandes mujeres que hondean la bandera blanca del trabajo, el esfuerzo y la dedicación. Sin embargo, hasta que no aceptemos que una mujer con un código ético torcido puede ser igual de admirable que cualquiera de los nuevos rebeldes masculinos que cine, prensa y televisión nos acercan constantemente, esa mujer no estará de verdad asumida.

Gran parte de este olvido es el intento por mostrarnos a la mujer como vehículo de vida y receptáculo de todas las más puras virtudes en un afán de protegerla de la violencia machista, y es encomiable el trabajo de protección que los organismos oficiales están haciendo en favor de las primeras, pero también es cierto que están popularizando un tipo de mujer que para nada se corresponde con la realidad en todo su amplio espectro. Las mujeres también pueden ser retorcidamente malvadas y posiblemente si su figura fuera objeto de una reflexión de verdad, muchas de ellas podrían empezar a darse cuenta de que no tienen porque ser protegidas de nadie, sino más bien temidas por tanto son capaces de infringir mucho más dolor del que un simple y estúpido macho es capaz, al tener que valerse de su ingenio y no de su fuerza. Lorenna Bobbit sería uno de estos ejemplos.

Sin embargo, las Supreme Bitches van más allá; han elegido ser unas auténticas zorras, pero no como válvula de escape o protección o porque el mundo las haya hecho ser así -cómo se justificaría la pastelosa jeanette- no porque tomaron malas decisiones y no les queda otro remedio sino porque es lo que quieren, es su vocación, su destino y su mantra y quien se atreva a cuestionarlo que trague saliva y corra a esconderse en el bunquer de Josef Fritzl. De nada le servirá.

No son las heroínas de nadie, no necesitan templarios caballeros que las guarden y sobre todo se pasan por la entrepierna toda la edulcorada moralidad actual. Son capaces de lo peor y por ello fuente de fascinación y deseo tanto por la voluptuosidad implícita en su carencia ética como por su su evidente sexualidad y aterrador uso que de ella pueden hacer. Letalmente atractivas, saben bien como dice un antiquísimo proverbio chino, que si el cuerpo es derecho no importa que la sombra sea torcida.

No sabemos si os resultará interesante o no, pero a estas alturas y conociéndolas bien, puedo decir que a mi si que me gustaría ser una zorra y si no os gusta o no estáis de acuerdo, os cito a las grandiosas vulpes: que os den por culo!!
----------------------------------------------------------------

Supreme Bitches es una colección de 14 ilustraciones en técnica mixta articulados bajo una horquilla artística que evoca el diseño tendencia contemporáneo y los estilos retrofuturistas de los años 70 y 80. La serie se complementa con una colección de microrrelatos de ficción que tienen como objeto servir de ambientación a las imágenes.


Joseba Calle